¿Cuánto estás dispuesto a perder?….¿y a dejar de ganar?

La aversión al riesgo que tengamos, marca nuestra manera de hacer y además de forma muy integrada. ¿Cuánto estamos dispuestos a perder? … ¿y a dejar de ganar? Podemos cambiar o mitigar nuestra aversión al riesgo de varias maneras. Está en nuestras manos. Aquí tienes 3 preguntas para identificar tu nivel y actuar.

No se trata del decir, sino del hacer. Y en el hacer hay grandes diferencias.

Cuando hablamos de innovación, de transformación digital, y en general de cambios, siempre me surge la misma pregunta hacia mi interlocutor: ¿Hay tolerancia “real” al error en la empresa? ¿Cuál es el nivel de aversión al riesgo que hay? Más allá de que haya un valor formalizado y publicado en la Intranet, que sea la innovación, por ejemplo; O que digamos que apostamos por ella, y que tenemos mecanismos para potenciarla… ¿Cómo es nuestro comportamiento real? ¿Qué hacen nuestros equipos y qué les dejamos hacer? ¿qué les exigimos frente a cada idea?

¿Cuánto estás dispuesto a perder? ¿cuál es nuestro “umbral” de seguridad por debajo del cual no aceptamos nuevas propuestas?

Me cuestiono sistemáticamente frases del tipo “es que en nuestro negocio tenemos que ir con mucho cuidado”. Y cuando las escucho siempre me pregunto qué motivos pueden haber detrás de esas palabras. Y más desde mi historial, que es el mundo de los servicios de IT, y que sé cuan críticos pueden ser algunos servicios en según qué entornos.

Las motivaciones son las que mueven a las personas. Nuestras motivaciones nos harán movernos en la dirección que tenemos interiorizada.

Pregunta #1: ¿Qué me produce aversión al riesgo?

Si analizamos un poco las motivaciones que pueden haber detrás de una aversión al riesgo, podemos ver varios aspectos, que pueden sumarse o no, y hacerla más intensa:

  • Cultura propia: según el país en donde nos hemos educado, la formación, la religión, y el entorno familiar, tenemos un aprendizaje que llevamos incorporado, y que nos marca en nuestro sentimiento de seguridad o inseguridad.
  • Cultura de la empresa: En función también de la empresa en la que estemos, y el tipo de liderazgo que haya, no sólo en la Dirección General /CEO, sino también en el propio Consejo de Administración y el contrato social que tenga la compañía, que define a la empresa en su forma de hacer, existe más o menos aversión al riesgo, de forma explícita. Criterios de inversión y de riesgo vienen muy marcados desde la Dirección.
  • Liderazgo personal: Ser emprendedor o no. Se puede ser emprendedor dentro de una empresa, aunque no seas el propietario. Y por supuesto en la tuya propia. En mi visión, ser emprendedor significa que estás dispuesto a expandir tus límites, a aprender, a probar, y equivocarte, y aprender de nuevo. Es una forma de pensar. Y en esa mentalidad estás más abierto a revisar los criterios de seguridad: cuales son realmente líneas rojas, y cuales son límites a trabajar. Y tienes que estar dispuesto a aceptar también en tu equipo ese liderazgo personal, dar el espacio y el mentorado que necesite.
  • Situación personal: Y también es cierto que, en ocasiones, fruto de las “mochilas” que cada uno de nosotros podamos tener o nos autoimpongamos podemos desarrollar muchísima aversión al riesgo. Y fruto de nuestro entendimiento de seguridad. ¿Quien no reconoce afirmaciones del tipo…?:
    • No me puedo permitir el lujo de perder este trabajo.
    • Tenemos que hacerlo así, porque el jefe(a) me lo pide así. No se puede cambiar, que si no, se enfada, y después no puede hacer su reporte correctamente.
    • Ya me gustaría hacerlo distinto, ya, pero siempre me encuentro barreras y ya me he cansado. Al final, trabajo por un salario, y si ya está bien así, no me preocupo más.
    • Yo quiero cobrar los objetivos, y esta idea no está en los objetivos. No me marees.
    • Por si acaso no gusta, mejor no lo cambiamos. Ya nos lo dirán.

Una suma de varios factores, puede llevar al inmovilismo. Y al final, perder mucho.

Pregunta #2: ¿Qué marca la diferencia en la aversión al riesgo?

Lo que marca la diferencia en aversión al riesgo, es el grado de tolerancia al error. Miremos un poco los errores. ¿Qué tipo de errores puedes tener, así en primera persona…?:

  • Los vinculados a experimentar: son positivos, ¡y permiten el crecimiento tuyo y de la organización! ¡No les tengas miedo!
  • Los vinculados a alto volumen de trabajo, por cansancio: impactan en la productividad y el resultado ¡Actúa! Una buena priorización de la actividad clave y la eliminación de lo que no es necesario será tu solución. Saber decir no, o saber priorizar tus recursos.
  • Los vinculados a no saber: fórmate, o rodéate de talento que sabe y del que puedes aprender.
  • Otro tipo de errores: si lo piensas bien, todos tienen una vía de gestión. En tu actitud de aceptación o no, está el primer paso para la solución.

Pregunta #3:¿Cómo puedo reducir la aversión al riesgo en mi empresa, en mi área de influencia?

Hay varias maneras de conseguirlo, y se pueden ir impulsando en pequeñas dimensiones para consolidar el cambio. Algunas recetas…:

  • Asume en primera persona que nadie es perfecto. Tú tampoco. Todos nos equivocamos…¡¡somos PERSONAS, y no robots!!, y que tu equipo vea que tú también te equivocas. No pasa nada. Reconocerlo te humaniza. Y harás que tus equipos, las personas con las que colaboras, también los reconozcan y los compartan. Aprenderéis todos más. Resolveréis problemas antes.
  • Si en tu empresa el error tiene un impacto muy grande en la operativa, y puede generar muchos problemas en el servicio, tienes que prepararte y organizarte para ello. Define el marco de seguridad necesario, define el marco de pruebas, explicita lo que motiva cada límite, para que tu equipo entienda mejor donde pones el grado de libertad y dónde el de seguridad… Y tienes que estar abierto a escuchar activamente a todo el equipo. En entornos de “misión crítica”, todos los comentarios son importantes, aunque sólo estén apoyados por una persona. Hay que respetar el rango de experto de cada uno de los miembros de tu equipo.
  • En cualquier escenario donde se quiere apoyar la innovación, y el aprendizaje real, hay que permitir equivocarse y aprender. Puedes decidir y poner un marco a cuánto estás dispuesto a invertir, y a permitir que pueda ir bien o no tan bien. Mójate en el marco de actuación. Suéltate en la innovación, y no pongas reglas más restrictivas a mitad de camino. Por ejemplo:
    • Define qué cantidad de proyectos innovadores e inversión puedes arriesgar en un año.
    • Plantéate si para determinados tipos de innovación, vas más a una organización ágil, más ligeras de estructura, que permita mucha más interacción entre los equipos, trasvase de conocimiento, y por tanto mejores resultados.
    • Define todo lo que necesites…. y transmítelo, compártelo. Tienes que ser consecuente con ello, en tu forma de actuar. Respeta tú también el contexto marcado.
  • Facilita y sé generoso en el intercambio de conocimiento. Las máquinas sustituirán más y más las tareas repetitivas, hasta las que aún no nos imaginamos. Lo que no sustituyen es la capacidad humana de aprender e innovar. Cambiemos nuestras actitudes.
Liberar, expandir limites
La aversión al riesgo nos limita. ¡Cambiemos de actitud!.

¿Cuánto estas dispuesto a perder? … ¿y a dejar de ganar?

La capacidad de crecimiento está directamente relacionada con la capacidad de permitir el error y aprender de él.  Y esto aplica a nivel personal y a nivel empresa.

Las personas, y los líderes en las organizaciones aún más,  con más intensidad, tenemos que ser muy conscientes del impacto de frases como “Esto no puede ser….” antes de pronunciarlas…evitar más el “¿quien ha sido? e ir más a “qué ha pasado?, qué podemos hacer distinto?

Un inversor te pregunta, para saber hasta dónde vas a arriesgar: ¿cuánto estás dispuesto a perder? Le podemos poner un marco a la pérdida, ya lo hemos visto. Pero que la focalización en lo que puedes perder no te esconda lo que puedes ¡dejar de ganar!

 ¡Si estás dispuesto a perder muy poco, igual dejas de ganar mucho!

Te animo a que revises tu tolerancia al error y tu aversión al riesgo. Si tienes dudas en cómo priorizar, como crear el marco de trabajo que apoye la innovación, puedes escribirme a conxi@conxiperezandreu.com, o utiliza mi web,  y comentamos cómo abordarlo.

Y si quieres que e ayudemos en tu desarrollo o el de equipo, puedes contactarnos también en In Movement!